Rocío Carrasco ha demandado a su ex pareja Antonio David Flores, por ocultar su patrimonio con el fin de no pagarle los 60.000 euros que una sentencia estableció que debía abonar por el impago de la pensión de sus hijos, el próximo 6 de julio ambos se verán las caras en el juzgado, y el ex guardia civil deberá defenderse de un posible delito de insolvencia punible, por el la parte demandante pide hasta 4 años de cárcel.
El golpe ha sido muy duro para todos, pero especialmente para la hija de Antonio David, Rocío Flores. La influencer siempre ha estado más cerca de su padre que de su madre, Rocío Carrasco, más aún desde que su progenitor tuviera que hacer frente al escarnio público que vivió tras la emisión de la docuserie "Rocío, contar la verdad para seguir viva", por la que entre otras cosas, fue despedido de la televisión, sin sentencia en firme en contra.
La paciencia tiene un límite
Ahora la paciencia de Rocío Flores se ha agotado y ha saltado ante tanto acoso y derribo, y lo ha hecho en las redes sociales. La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Rocío Flores ha sido un mensaje que recibió a través de su cuenta oficial de Instagram. "Luego espero que también nos enseñes la celda de tu padre en la cárcel. Tic, tac, tic, tac... qué poco queda para ver al maltratador en prisión", le escribió un seguidor tratando de herirle.
Rocío se ha hartado, y la respuesta no tiene desperdicio, "Y que tenga que aguantar esto todos los putos días de mi vida y que este tipo de personas por llamarlo de alguna forma, porque sois escoria pura y dura quedéis impunes. Que la gente impute delitos a otras personas, que se fomente el odio absoluto y que no pase absolutamente nada...", comenzó escribiendo.
"Cuánto daño ha hecho el 2021 a la sociedad. Es una vergüenza absoluta, pero lo más heavy de todo es que las mismas personas que han permitido, promovido, fomentado y participado de este show, son los mismos que vemos hablando en TV y medios de comunicación sobre salud mental", en clara referencia a Sálvame. Pero la cosa siguió, "Qué pena que nadie pensara en las consecuencias psicológicas y en nuestra salud mental al hacer ese escarnio público y ese circo mediático. Siento vergüenza ajena y pena. Pena y miedo me da el legado que se está dejando a nuestros futuros hijos". Una queja amarga para una familia que no para de estar en el ojo del huracán.