A pocos días de que 'Pesadilla en el Paraíso' celebre su gran final el próximo miércoles 21 de diciembre, Víctor Janeiro se ha sincerado con sus compañeros acerca de su relación con su mujer. Víctor lleva casi cuatro meses sin poder estar cerca de su pareja, Beatriz Trapote, y aunque siempre ha intentado dejar sus sentimientos a un lado a puertas de la final de 'Pesadilla en el Paraíso' ha abierto su corazón como nunca.

El hermano de Jesulín de Ubrique ha hablado poco de su familia en el concurso, ni siquiera ha mencionado a su hermano Jesulín al que llama "el torero". Sí ha hablado mucho de sus hijos, a los que adora y echa mucho de menos, su mayor debilidad, y de su mujer pero nunca como lo ha hecho en estos días finales de aventura, al calor de la chimenea que preside el salón de la granja, un rincón del que han disfrutado en más de una ocasión.
Los granjeros ya están en Madrid, encerrados en un hotel, pero antes de despedirse de la granja de Jimena de la Frontera, en Cádiz, Víctor Janeiro hizo la declaración de amor más profunda a su mujer Beatriz Trapote.
Fue durante una conversación con su amigo Israel. "Ahora la quiero más. Cuando tienes hijos la quieres más. ¿Por qué? Pues porque ahora tenemos cosas que son de los dos", comentaba el hijo de Carmen Bazán. Unas palabras que emocionaban a Israel quien se interesaba por saber si había estado presente en el parto de sus hijos, algo que el torero confirmaba: "conociéndote, seguro que ayudaste", apuntaba Israel.
Algo sí que no le gusta
Pero en todas las relaciones hay algo crítico y en este caso es cómo su mujer, cuida su coche. "Lo tiene hecho un desastre", aseguraba el torero explicando que no limpiaba el interior de los vehículos incluso dejando los papeles por el vehículo: "se mete con barro en el coche y se puede quedar ahí tres meses". Algo que la propia Trapote lo confirmaba: "soy un desastre", confesaba entre risas en el plató.