Desde que se estrenó la serie de Juego de Tronos quedó más que claro que el sexo era parte del guión y es que entre batalla y batalla y ante el frío de los castillos el sexo se presentó como una forma de canalizar la entrega. Pero eran unas relaciones donde la mujer quedaba un poco mal parada ya que evidentemente en la época en la que se sitúa a serie, la mujer era considera poco más que un perro.
En medio de la lucha feminista, este tema parece haber sido cogido con pinazas pues a pesar de que la mujer era mal tratada en aquella época sí que es verdad que a veces no parecen necesarias ciertas escenas donde la mujer queda mal parada. Este hecho era uno de los que más preocupaba a Emily Carey quien interpreta a la joven Alicent Hightower en La casa del dragón. Ella estaba preocupada por lo que había visto en Juego de Tronos.
La actriz se refería a este hecho con estas palabras: "Por supuesto, la primera temporada, incluso sólo en el primer episodio de Juego de Tronos hay mucha violencia sobre las mujeres. Hay mucho sexo violento, y me puso nerviosa. Me decía: ‘Oh, Dios, ¿qué voy a tener que hacer en esta serie?’", zanjaba la joven en una entrevista a Newsweek, en aquel entonces, cuando le entregaron el papel que iba a llevar a cabo, la joven apenas tenía 17 años, aunque el rodaje comenzó cuando cumplió los 18.
De hecho parece que la serie sigue incluyendo escenas sexuales aunque menos morbosas y transgresoras que en la anterior saga. Y es que pese a que el sexo es algo cada vez más recurrente en este tipo de ficciones hay actores y actrices que no entienden, a veces, el por qué de este tipo de recursos. En parte, es algo que se entiende se hace para ganar audiencia aunque por otro lado el guión se va alejando de lo que los creadores de la novela dejaron por escrito.