Pablo Motos es un rostro conocido, pero es de esos que ha conseguido mantener a sus familiares en un segundo plano. A pesar de llevar dos décadas en nuestras pantallas, ha conseguido dejar a su familia fuera del foco mediático.
Esto sucede con su mujer, Laura Llopis, con la que mantiene una relación superior a 25 años y cuya profesión también es la del periodismo. Ocurre lo propio con las hijas de una anterior relación de Llopis, Cristina y Laura Correa, que colaboran con el de Requena. No obstante, sí que hay un miembro de su familia que tiene cierta notoriedad. Ese es su sobrino Adrián Cervera, que forma parte también del universo laboral de Motos.
Si echamos un vistazo a sus redes sociales nos daremos cuenta que se define a si mismo como DJ, productor y músico. Está graduado en Comunicación Audiovisual y tiene trayectoria en el montaje de eventos de ocio y actualmente trabaja en la ambientación musical y la producción en 'El hormiguero' y, en otros formatos de la empresa productora de su tío.
Un rostro conocido para los amantes del programa
Adrián ha aparecido en el programa con cierta frecuencia, por ello los más fieles del programa lo conocerán y es que ha sido partícipe activo de ciertas sesiones del espacio. Cabe resaltar ha salido en varias ocasiones disfrazado para formar parte de distintos sketches, y ha participado habitualmente en las pruebas y retos que organizan.
A través de sus redes sociales podemos conocerlo mucho mejor. En ella suele compartir buena parte de sus planes profesionales, imágenes con el equipo de la productora, algunos de sus compañeros de trabajo e incluso con invitados que acuden al programa.
Asimismo, su trabajo como DJ también aparece en su Instagram, pero sin lugar a duda, lo más llamativo es el gran parecido físico que tiene con su tío Pablo. De hecho, hasta él mismo ha bromeado al respecto en sus redes: "Reconozco que fue la primera vez que hasta yo mismo me encuentro un parecido por algún gesto que se vio en el vídeo largo y la forma de movernos y me asusté", retaba a los seguidores, retándoles así a sus seguidores a qué adivinen quién es quién.