La pasada legislatura de Pedro Sánchez junto a Podemos en el Gobierno estuvo en la cuerda floja de inicio a fin. La coalición que ambos partidos organizaron fue un caos para España y los españoles, con polémicas por doquier y surgiendo asuntos espinosos prácticamente a diario.
Fueron tantos los escándalos que Sánchez y sus socios protagonizaron que sería imposible mencionarlos en un solo artículo. No obstante, uno de los más llamativos fue el de la crisis con Marruecos, histórico socio de España en acuerdos internacionales.
El hecho de que España acogiese en su señor al líder del Frente Polisario y se le diese cobijo y medicación provocó que el Gobierno marroquí rompiese relaciones con España.
No obstante, Pedro Sánchez haciendo gala de sus continuos cambios de rumbo, arrimándose siempre al sol que más calienta, quiso restablecer relaciones con Marruecos cediendo en todo a lo que el gobierno del país norteamericano pedía. Una demostración más de la forma de gobernar que tiene el actual presidente.
Un bochorno que ahora ve la luz
Según ha destapado Libertad Digital, Pedro Sánchez tiene intereses muy personales para llevarse bien con el gobierno marroquí. Su mujer, Begoña Gómez, ha sido una pieza fundamental para él a la hora de cerrar acuerdos comerciales en Marruecos que le benefician al presidente.
Esto se ha tratado de ocultar en todo momento, y es por ello por lo que el Gobierno ha cedido en todo a Marruecos para que no se desvelase la participación de Gómez en asuntos comerciales con Marruecos.
Mientras Marruecos sigue reclamando Ceuta y Melilla como territorio suyo (cosa inverosímil puesto que nunca pertenecieron a Marruecos), y los inmigrantes marroquíes siguen entrando de forma ilegal en España, Sánchez mira hacia otro lado.
Al fin y al cabo, el presidente del Gobierno de España tiene intereses muy altos en no cabrear a la cúpula del país africano.