El partido que disputaron el Real Madrid y el Almería el pasado domingo en el Santiago Bernabéu ha suscitado todo tipo de reacciones. Desde las más sensatas, que hablan de que el VAR ha rectificado tres claros errores del colegiado, hasta los que cargan las tintas contra el equipo blanco por apoyarse en el instrumento tecnológico con el que cuentan los árbitros para remontarle un cero a dos al colista.
Pablo Iglesias se suma al carro de los antimadridistas que critican al VAR por hacer bien su trabajo
Pablo Iglesias ha sido el último que ha criticado al VAR: “Si el equipo revelación, como es el Girona, entra a disputarles, el VAR tendrá que ser un aliado de los clubs más poderosos”, escribía en su cuenta de X, antiguamente Twitter.
No hay duda de que se ha subido al carro de los que crucifican al Real Madrid por haber remontado un partido que parecía perdido en el descanso, gracias al instrumento que se usa para corregir decisiones erróneas de los árbitros.
Iglesias trata de salir del olvido, criticando al Real Madrid, y se olvida del ‘Caso Negreira’
Así como se compró un chalet cuando criticaba a los que vivían en ellos llamándolos ‘casta’, frente al pueblo que él representaba, Iglesias no tiene muchos escrúpulos para criticar al VAR por hacer bien su trabajo. Las últimas tomas del gol de Vinicius, muestran claramente que golpea el balón con el hombro.
El tercer tanto del Almería viene precedido de una falta clarísima por un manotazo en la cara de Jude Bellingham, y el penalti señalado a favor del Real Madrid no admite dudas tras golpear el balón claramente en el brazo del defensa almeriense.
Parece que el señor Iglesias está más preocupado de cómo gana el equipo blanco, que de todas las irregularidades que salpican al FC Barcelona en el ‘Caso Negreira’.
Asunto del que siguen saliendo cada días más pruebas del impresentable ‘modus operandi’, del exvicepresidente del CTA, de su hijo y de todas las directivas del Barça que le pagaban los servicios a las empresas de ambos, con la intención, según palabras de Jaume Roures, “de influir en las decisiones arbitrales".