Los grandes dictadores de la historia han llamado siempre poderosamente la atención a los más estudiosos. Sus figuras han sido escrutadas hasta el más mínimo detalle al dedillo, quizás buscando en ellas la explicación a sus actos. Y aunque es imposible separar al hombre del personaje, muchos son los datos anecdóticos que nos llaman la atención.
En esta ocasión nos vamos a centrar en conocer de qué equipo de fútbol se declararon aficionados los mayores dictadores de la historia. A pesar de que siempre se ha dicho que deporte y política no deben ir de la mano, por desgracia, esto no siempre ha sido así. Algunos de los mayores dictadores de la historia se han dejado ver por algunos estadios de fútbol manifestando su fervor por algún club, mientras que otros simplemente se han aprovechado del alcance mediático de este juego como propaganda ideológica.
Los dictadores y sus equipos
Así, Adolf Hitler, el dictador por excelencia, no era un gran aficionado del fútbol, pues según él, “era demasiado inglés”, pero era seguidor del Schalke04, que también era un equipo reconocido del régimen en ese momento. Durante el régimen nazi, los de mineros de Gelsenkirchen, consiguieron seis títulos ligueros y no conocieron la derrota en su campo durante once años.
Otros grandes dictadores también tenían sus equipos predilectos, así en Rusia Iósif Stalin, era seguidor del Dinamo de Moscú. En Italia, Benito Mussolini tenía predilección por el Bolonia y la Lazio. En Argentina, Jorge Videla era hincha de Independiente. En Chile Augusto Pinochet era seguidor del Santiago Wanderers. Sin embargo hay otros que no se les ha conocido equipo de fútbol favorito, como Fidel Castro en Cuba o Muamar el Gadafi.
En nuestro país, Francisco Franco suele ser relacionado con el Real Madrid, sin embargo hay quién dice que como miembro del ejército, fue seguidor del Atlético de Aviación, germen del actual Atlético de Madrid. Hay también otra corriente que le declara simpatizante del F.C Barcelona pues durante su mandato evitó la bancarrota del club azulgrana recalificando los terrenos donde en 1957 se inauguró el Camp Nou.