La hija mayor de Felipe VI y Doña Letizia, Leonor, se encuentra afrontando los últimos meses de sus estudios de bachillerato internacional en el UWC Atlantic College, en Gales, mismo camino que realizará su hermana Sofía a primeros del curso que viene.
A pesar de algunos rumores sobre una posible relación en el internado, lo cierto es que todo parece indicar que la heredera pasa sus últimos meses en Gales hace rodeada sólo de su equipo de seguridad. Cuando se gradúe este verano, acabará su etapa escolar, y tendrá acceso a su etapa universitaria. Sin embargo, la Princesa de Asturias no va a tener mucho tiempo libre de aquí en adelante, y tendrá que cumplir con numerosas obligaciones que el cargo lleva emparejadas.
El próximo 31 de octubre será un día importante, cumplirá 18 años y además deberá jurar la Constitución, lo que implicará asumir mayores responsabilidades. Pero antes, a finales de mayo Leonor regresará a Madrid para realizar la formación militar, visitará tres escuelas, siguiendo los pasos de Felipe VI.
Mejor alejada
Lo cierto es que hasta ahora, la princesa ha estado sobreprotegida por sus padres, sobre todo por parte de la Reina Letizia, que se ha encargado de no sobreexponerla y de cuidar todos sus pasos. Pero a partir de ahora la agenda de la heredera va a estar repleta de compromisos, por lo que sus movimientos serán mirados al detalle.
Y es que hasta ahora Leonor está muy bien valorada por el público, pero mucha culpa de ello la tiene la Reina Letizia, que ha establecido un control férreo de la exposición pública y de las relaciones de su hija. De hecho ha evitado el contacto con ciertos familiares, cuya relación puede ser considerada “tóxica” para la imagen pública de la heredera. De un lado, con su abuelo, Juan Carlos I, al que no ve desde que se marchó a Abu Dabi, y por otro con sus primos, los hijos de la infanta Elena, Victoria Federica y a Froilán, siempre rodeados de polémicas. De hecho la propia Victoria Federica ha reconocido a InStyle que no mantiene relación con sus primas.