La hija mayor de Antonio David Flores, ex guardia civil, y Rocío Carrasco, única hija de la cantante Rocío Jurado, al cumplir la mayoría de edad, sus apariciones televisivas fueron ‘in crescendo’, sobre todo por la situación de sus padres, hasta que Rocío Flores se ha convertido en un personaje público, acumulando una gran trayectoria televisiva.
Todos los cambios físicos de Rocío Flores
A sus 26 años la influencer ya se ha sometido a varias operaciones estéticas que han modificado su rostro y su cuerpo. Tras su paso por Supervivientes como concursante, la joven perdió 20 kilos y está feliz con su nueva figura. A partir de aquí se ha sometido a tratamientos y retoques estéticos que ella misma ha explicado a la prensa.
"Me he quitado un bulto de la nariz, me he rellenado un poco los labios y me he puesto bótox en la frente y como tengo un hueso de nacimiento pues me lo he rellenado", explicaba. Aunque no han sido los únicos retoques que se pueden apreciar.
Primero se realizó un tratamiento de ortodoncia invisible para corregir su dentadura. Aparte de someterse a tratamientos de belleza para el cuidado facial, como el dermapeeling, una técnica que exfolia al máximo la piel o la radiofrecuencia Indiba, un tratamiento para reducir arrugas y mejorar el aspecto de la piel. Ideal para rejuvenecer el rostro.
También se ha sometido a una bichectomía, para eliminar las bolas de Bichat y así la cara luce más angulosa y estilizada porque se consigue resaltar la línea del pómulo. Igualmente recurre mucho al bótox o el ácido hialurónico a los que recurre a menudo para retocarse la frente y 'las patas de gallo'. También ha querido volver a inyectarse ácido en los labios, algo que le da más hidratación y volumen a su boca. Y por último, rocío Flores se ha sometido a una lipoescultura lo que ha hecho ganado más curvas y definición en su cintura.