Si había puestas unas miradas el pasado martes en el Santiago Bernabéu en un jugador del City, era en Erling Haaland. El noruego que está batiendo los récords históricos de goles en la Premier League y que ya lleva anotados 51 tantos esta temporada, se fue de vacío del coliseo madridista y seguramente soñando con Antonio Rüdiger, que no se despegó de él ni un segundo durante todo el partido.
Apenas dos remates tímidos en la primera mitad, fueron los únicos tiros a portería que hizo el delantero del City, que vio en la segunda parte como David Alaba cortaba una clara ocasión de gol tras un tiro del nórdico, enviando el balón a saque de esquina.
Los dos centrales del Real Madrid fueron una auténtica pesadilla para un Haaland que no tendrá un grato recuerdo de su debut en el Bernabéu, al menos desde el punto de vista personal.
Muchas imágenes publicadas en redes sociales muestran el férreo marcaje de Rüdiger al gigante delantero citizen. No le permitió correr, no le permitió rematar con facilidad, no le permitió sentirse cómodo ni un segundo sobre el césped. De repetir esta actuación en el Etihad Stadium, si Ancelotti decide mantenerlo en el once, Haaland tendrá muy difícil ser decisivo en la eliminatoria.
Todo se decidirá en Manchester, pero ese City que iba a arrasar al Real Madrid no se vio en el Bernabéu, más bien todo lo contrario, un equipo que estaba contra las cuerdas cuando una pérdida de Camavinga, su único error en el partido, permitió a Kevin de Bruyne sacar el látigo que tiene por pierna derecha a pasear. Emociones fuertes nos esperan el próximo miércoles en tierras inglesas.