En una entrevista a los compañeros de la Revista Líbero, José María Minguella explicaba cómo ha sido su carrera como agente deportivo. Una de las cosas que más llamó la atención en ella fue sin duda la anécdota con el fichaje de Diego Armando Maradona. Ahora se han desvelado algunos secretos de aquella negociación en la que ocurrieron hechos que son más característicos de una novela de ficción.
"Su fichaje fue muy largo y complicado. En el gobierno argentino estaban los militares de Videla que, de alguna forma, necesitaban una figura como Diego. Con el Barça cerramos el trato en 1980 con Argentinos Juniors, pero su gobierno sacó una nota diciendo que Maradona era un bien nacional y que no se podía ir. Que no se iría hasta que no terminara el Mundial de España del 82, a pesar de que los directivos del Barça ya habían ido a Buenos Aires y ya se había firmado su traspaso", explicaba Minguella ante la inminente llegada de Maradona a la ciudad condal.
"A principios de 1982 tuve que volver porque ese primer contrato ya no servía, Próspero Consoli (el presidente de aquel entonces de Argentinos Juniors) ya no estaba en el cargo y el nuevo presidente era policía. Cuando llegué para hablar con él, con el tesorero del Barça entramos en un restaurante y el tipo se saca una pistola y la deja encima de la mesa. “No tiene nada que ver con ustedes”, nos dijo, “es que era muy pesado llevarlo encima”. Nos reímos, pero nos dejó secos. No estábamos acostumbrados a negociar con un arma encima de la mesa", remataba la anécdota.
Y es que si bien ha habido casos extraños para fichar a futbolistas, este, relacionado con uno de los mejores de la historia, seguramente esté en el Top 3. Nadie hoy día podría imaginar una situación como por la que tuvo que atravesar Minguella en aquel verano de 1982, mientras los aficionados españoles disfrutaban del único mundial disputado en nuestro país, el catalán se jugaba el tipo en una negociación inédita.