La salida de Jordi Alba ha representado un alivio económico para el Barcelona, ya que se han ‘deshecho’ de una suma importante de capital en el salario del lateral y que, de cara al futuro del club, ya no representa un sobrecoste en la masa salarial del club.
Sin embargo, incluso tras el gesto de ‘perdonar’ el 40% de su liquidación, lo restante por pagar de parte del Fútbol Club Barcelona, al ya ex jugador, podría seguir representando un gran problema en esquema de “Fair-Play” para el club que ya empieza a resentir las consecuencias.
La salida no tan favorable de Alba
A pesar de que la liberación de su salario sí represente un alivio a largo plazo para el club, la verdad es que la salida de Jordi no es una cuestión fácil de resolver pues aún hay que solventar su liquidación, teniendo en cuenta que su contrato fue rescindido por ambas partes pero que, aún en estas condiciones, se contempla el pago por liquidación del futbolista.
No obstante, el jugador ha perdonado una suma importante de dicha liquidación con la que pretenda apoyar económicamente al que considera como el club de sus amores y en el que ha sido pieza fundamental durante muchos años de éxitos, pero que, a día de hoy, vive sus horas más bajas.
Aunque esto no parece ser suficiente para Joan Laporta y el club, ya que se encuentran en una situación de ‘contrarreloj’ en la que deben cuadrar sus cuentas antes del comienzo de la próxima temporada, cuyo inicio es el día 01 de Julio, y que tiene contra las cuerdas a Joan y su junta directiva pues el tiempo está encima y, con todos estos limitantes, las nuevas incorporaciones del club podrían verse en peligro.
Un club sin escapatorias
El Fútbol Club Barcelona enfrenta una de las mayores crisis de su historia, al punto en el que se plantea una real posibilidad de volverse una sociedad anónima deportiva con tal de subsanar los problemas económicos a los que se enfrenta y perdiendo así la identidad que le representa.
Al mando de una junta directiva, presidida por Joan Laporta, un mandatario con tendencias más populares que coherentes, parece que el club está destinado a perder la identidad o, incluso, a desaparecer si todo continúa en la misma línea y no se lleve a cabo ningún cambio radical en futuro cercano.
