Christian Vieri ha sido uno de los futbolistas italianos más influyentes de las últimas décadas. En el Inter formó delanteras temibles con compañeros como Ronaldo, Hernán Crespo y Adriano, siendo “capocannoniere” del calcio. Y en España dejó igualmente su sello siendo el Pichichi de La Liga 97/98 marcando 29 goles con el Atlético de Madrid. Aunque siempre le persiguió su afición al póker y a las mujeres, lo que contribuyó a su caída.
Cuando su fútbol iba menguando, no quiso alargar su carrera más de lo necesario, así en 2009 colgó las botas para dedicarse a los negocios. Levantó junto a su madre la firma BFC, invirtiendo en ella 16 millones de euros, pero en 2014 entró en bancarrota y llevó a Vieri a la ruina. Una situación inédita para un hombre que nadó entre dinero y que siempre contó con una de las fichas más elevadas en las plantillas por las que se movió.
Del pozo más profundo a volver a ver la luz al final del túnel
Sin estudios y sin más formación que la que le proporcionó una vida de trotamundos, que le llevó a vestir once camisetas y a protagonizar 13 cambios de club (ocho en sus primeros ocho años como profesional), Vieri no es más que uno de tantos futbolistas que ha dilapidado su fortuna con una vida desordenada y errática en los negocios.
Esa ruina económica y su deterioro físico, le llevó a ser protagonista de varias portadas y artículos sensacionalistas. Sin embargo, parece que ha conseguido levantarse de la lona, ya que en ese momento se apuntó al curso de entrenadores y más tarde se haría un hueco como comentarista de BeinSport Italia.