Si os contamos que un jugador de fútbol estuvo 16 años en activo, pero nunca disputó ningún encuentro, seguramente no nos creerán, pero sin embargo es la historia de Carlos Henrique Raposo, mejor conocido como Kaiser por su supuesto parecido con Franz Beckenbauer.
Una increíble historia
El brasileño Carlos Henrique Raposo quería ser futbolista, entre otros motivos para llevar dinero a su humilde casa, pero no tenía cualidades para ello. Así que se las ingenió para entrar en el circuito echándole mucho teatro.
El objetivo del protagonista era estar el menor tiempo posible en cada equipo, entre tres y seis meses, y cambiar antes de levantar grandes sospechas. Así, dice que pasó por Botafogo, Flamengo, Bangu, Fluminense, Vasco da Gama, América, Puebla de México, El Paso de Estados Unidos y Gazélec Ajaccio de Francia. Según los datos de la FIFA, pasó por 11 equipos durante 16 años y sólo entró 14 veces al campo de juego para jugar sólo algunos minutos.
El ‘modus operandi’ habitual de Raposo consistía en fingir una lesión en la primera sesión de entrenamiento y ver cómo transcurría la temporada desde la enfermería. Seis meses después, un año después, no sin cobrar lo estipulado en el contrato, se iba del club y reincidía en el complicado proceso de ser contratado, lesionarse y cobrar. "Los jugadores lo sabían, pero todos eran amigos míos. Los periodistas (a los que pagaba para que le publicasen reportajes)... nadie me persiguió", explica el propio Kaiser.
Kaiser contó su historia para la película documental 'The Greatest Footballer Never To Play Football' (El mejor futbolista que nunca jugó al fútbol). "Soy el mejor futbolista que nunca jugó al fútbol... Me acosté con 1000 mujeres y fingí estar lesionado toda mi carrera", reconoció Carlos al periódico The Sun. "Me aseguré de que me vieran con los mejores futbolistas brasileños. El simple hecho de ser jugador de fútbol me convirtió en un imán para las mujeres. Era adicto al sexo, como Michael Douglas. Me acostaría con al menos tres mujeres al día", apuntó.