La última ocurrencia de Laporta es intentar sacar 5 millones de euros con la venta de las butacas del Camp Nou. Con las obras de reforma del estadio del FC Barcelona a punto de comenzar, y la pésima situación económica de la entidad, esa cantidad de dinero sería bienvenida y muy necesaria.
Este mismo jueves, el propio presidente anunciaba una rebaja del 50% en los abonos de la próxima temporada en Motjüic, después de que los socios protestaran por la subida indiscriminada de los mismos. A cambio, Laporta busca otras fórmulas que generen ingresos extra que ayuden a tapar alguno de los muchos agujeros que tiene el club azulgrana.
Mientras otros clubes han permitido que los socios se lleven los asientos gratis para casa, como el Atlético de Madrid cuando cambió el Calderón por el Wanda Metropolitano, otros como el Athletic permitió que se reciclasen los asientos del viejo San Mamés o la Real Sociedad, que envió los asientos del antiguo Anoeta a otros clubes guipuzkoanos que pudieron utilizarlas para sus gradas, al igual que el Celta de Vigo en su momento. El Barça ha optado por ver una oportunidad de negocio con ellos, que sitúan en unos ingresos de 5 millones para la entidad.
Estamos hablando de 98.000 butacas que se venderían a 50 euros la unidad, por lo que se lograrían cerca de esos 5 millones de los que hablamos.
Se prevé que tras el último partido de la temporada en el Camp Nou frente al Mallorca, muchos de los aficionados decidan llevarse su asiento para casa, aunque la idea del club es otra, conseguir reducir 220 millones de la cuenta de resultados con recortes salariales e ingresos extra. Veremos tras el partido de domingo, cuantas butacas quedan en su sitio para poder hacer negocio con ellas.