El fútbol ha cambiado y ya nada es lo que era antes. Antes, a golpe de talonario, se podía apostar X millones para fichar a X crack y era una apuesta de valor seguro y de rendimiento inmediato. Ahora todo ha dado un giro.
El Real Madrid ha modernizado su forma de fichar, con el reclamo del mercado de fichajes, y todo dio un giro de 180 grados. Los blancos van a por el talento precoz y hacen la apuesta por jugadores que son un 'melón' por abrir. En esas aparece Juni Calafat y su brillante labor para detectar a esos nuevos cracks del mercado de fichajes (los Vinicius, Valverde, Rodrygo...)
Dentro de esas apuestas también está el nombre de Éder Militao. Se formó en su Brasil natal, en Sao Paulo, y Juni ya le tenía puesto el ojo encima para ficharlo en un futuro cercano. Su paso por el Oporto lo confirmó como un central a tener en cuenta y el Real Madrid echó el resto para ficharlo.
Fue a su casa
Según ha podido saber Chafarderias.com, los madridistas se personaron en su casa de Brasil con Juni Calafat y varios emisarios para plantear la oferta del fichaje de Militao. Ha supuesto todo un éxito y se ha convertido en uno de esos galácticos que salió por menos de 30 millones de euros y que ya ha triplicado su valor de mercado en el Santiago Bernabéu.
Calafat se desplazó hasta su domicilio y terminó por convencer a un Militao que lo hizo bien en Portugal, pero que no esperaba el repentino salto que ha dado su carrera. Ya está entre los mejores centrales del mundo por su trabajo, buena voluntad, y por todo el sacrificio que hizo en su día esperando su momento para tener paso como un titularísimo tras Sergio Ramos, Pepe o Varane.
