20 años después de su debut con Minardi y a punto de cumplir los 42, Fernando Alonso vuelve estar en la lucha por podios, a la caza de su victoria 33 y en el top 3 de la general del Mundial. A nadie le cabe duda de que su físico ha cambiado y, a continuación, os traemos las razones.
En sus inicios, el piloto contaba con "el tren superior de un boxeador y el inferior de un medio maratoniano", según cuenta uno de sus dos preparadores físicos de confianza, Edoardo Bendinelli. "Ahora, quizás, podríamos decir que está como un nadador arriba y un medio maratoniano abajo. Un poco menos fuerte arriba, pero con más resistencia a la fuerza". Y esta es una de las claves de la transformación física de Alonso, que sigue contando con un cuello trabajado, pero no a los niveles de hace 20 años.
La introducción de un dispositivo de sujeción del cuello rebajó hasta un 75% la tensión que esa zona sufría en caso de accidente. También la evolución de los coches y el aumento del peso mínimo llevó a que los pilotos tuvieran que limitar su propio peso y el músculo son kilos extra.
"El hecho de que tuviera aquel cuello era porque con poco que se entrenase, sus músculos reaccionaban muy rápido a los estímulos. Con el tiempo, esta capacidad fisiológica se va perdiendo para todo el mundo. Pero a veces se pierde una cualidad y te quedas menos fuerte, pero en otras, se pierde una cosa y se gana otras y Fernando es este último caso. Perdió un poco de fuerza reactiva, de explosividad, pero ganó en resistencia, en capacidad de soportar cargas de entrenamiento o de esfuerzo durante más tiempo".
La motivación de Alonso
"No hay que olvidar que los años pasan para todos, por eso hay que cuidar todo lo que se puede cuidar. Y por ello estos dos últimos años, hemos puesto un poco más de atención a la alimentación, cuidando todo un poco más y sincronizándolo con el entrenamiento y la hidratación. Lo que tiene ahora más que en el pasado reciente con el nuevo equipo es un nuevo entusiasmo, una energía y unas ganas de hacer cosas que es impresionante; como de un niño maduro; de un joven, pero con el conocimiento de su edad y sus experiencias", asegura Bendinelli.