Kylian Mbappé, la estrella del fútbol mundial, ha superado obstáculos desde su infancia marcada por la separación de sus padres. En este artículo, exploraremos el difícil pasado de Mbappé y cómo el apoyo inquebrantable de su padre, Wilfried, y la conexión especial con su hermano adoptivo, Jirès Kembo Ekoko, han sido fundamentales en su destacada carrera.
Antes de adentrarnos en los detalles conmovedores de la vida de Mbappé, descubramos cómo la fuerza de la familia ha sido clave en su viaje desde las calles de un suburbio hasta la cima del fútbol.
Wilfried Mbappé: el mentor incondicional
Desde la infancia, Wilfried Mbappé ha desempeñado un papel crucial en la vida de Kylian. Alentó y negoció para asegurar que su hijo pudiera enfocarse en su amor por el fútbol. La obsesión de Kylian por el balón se convirtió en una herramienta para escapar de la violencia cotidiana en el suburbio. Wilfried no solo fue un padre, sino un mentor y protector, guiando el talento de su hijo hacia el éxito.
Jirès Kembo Ekoko: más que un hermano adoptivo
Jirès Kembo Ekoko, nacido en El Congo, se convirtió en parte de la familia Mbappé después del trágico fallecimiento de su padre biológico. Wilfried Mbappé no dudó en tomar bajo su protección a Jirès, quien ya estaba en Francia por motivos de estudio. Esta unión no solo fue de apoyo, sino también de creación de una nueva familia adoptiva.
La pasión compartida por el fútbol
Al igual que Kylian, Jirès Kembo Ekoko desarrolló su amor por el fútbol desde temprana edad. Descubierto jugando en las calles, su talento lo llevó a debutar en el AS Bondy en 1997 y a desfilar en equipos como INF Clairefontaine Juvenil, Stade Rennais, Al-Ain FC y Bursaspor. Aunque retirado, su impacto en el fútbol persiste.
El vínculo inquebrantable
La conexión entre Kylian y Jirès va más allá de los lazos de sangre. Wilfried Mbappé no solo ofreció apoyo, sino que ofrecio a Jirès una nueva familia. Ambos compartieron el amor por el fútbol y el deseo de superar las adversidades.