La celebración del Mundial de Catar está generando mucha polémica por las condiciones laborales que han permitido su disputa. Catar es un país que atenta contra los derechos humanos más básicos y que además ganó la carrera por su sede de forma al parecer fraudulenta.
Uno de los ejemplos de ello, de lo que supone celebrar un torneo como el Mundial de Fútbol en Catar, son los precios que hay que pagar por los alojamientos. Para una estancia media de 7 días, los precios hoteleros están por las nubes.
Lo más barato que se encuentra no baja de 3.000 euros pero la media está alrededor de 15.000 según una consulta hecha a través de Booking.com. Eso solo a la hora de dormir, pues no solo el problema es el precio sino también creer que el hotel que se nos ofrece es el de las fotos del anuncio.
Una duda que se genera, no de forma casual, sino por medio de vídeos en los que los trabajadores han denunciado las condiciones en las que han vivido durante los últimos años. En Catar se prometen muchas cosas que en Europa se dan por hechas, pero la realidad es diferente.
El país ha tenido que construir el mundial y no como frase hecha sino de forma literal. Incluso el gobierno catarí ha hecho una ciudad totalmente nueva para el Mundial, curiosamente donde se disputará la final. No parece que haya gente muy dispuesta a pagar esas cantidades por ver a su selección.