Dejen salir antes de entrar, eso es la máxima que obsesiona a los responsables de la dirección deportiva del F.C. Barcelona. Sin embargo, algo tan sencillo en apariencia, se torna en un grave problema cuando colocar a los jugadores fuera del club se complica y mucho.
El equipo azulgrana tiene estrecheces económicas y no puede permitirse los derroches de hace unos años. Así es fundamental que salga gente para poder hacer incorporaciones, pero cierto es que, como ocurre en casi todos los grandes equipos, los jugadores no quieren abandonar el club bajo ningún concepto. El problema es que las salidas bloquean los nuevos posibles fichajes, ya que el famoso Fair Play Financiero sigue ahogando al club.
Ni un céntimo
Los culés han puesto en el mercado a jugadores como Ansu Fati, Ferrán Torres, Umtiti o Raphinha, pero ninguno está poniendo de su parte, todos quieren apurar sus suculentos contratos. Ansu, uno por el que el club pensaba sacar un mayor ingreso en una posible venta, ya ha comentado a través de su representante, Jorge Mendes, que no va a salir del club esta temporada.
Por su parte, Ferrán Torres tiene contrato hasta 2027, y está cerrado a escuchar ofertas, quiere quedarse en el Barça a pesar de que le han dicho que no cuentan con él. Ferrán llegó por 55 millones de euros, por lo que en caso de venderse, el club debería hacerlo por una buena cantidad para poder amortizar esa inversión, si no serían más pérdidas para la economía del club.
El central francés Umtiti regresa de su cesión al Lecce, pero tampoco quiere perdonar un euro a un club que le dio la espalda tras su lesión. En el mismo caso que estos jugadores se encuentran nombres como Sergiño Dest, Franck Kessié o Lenglet. Como dijo en su día Mateu Alemany, “En este club nadie se quiere ir, juegue o no juegue.”