Boris Izaguirre comparte algunos rincones de su hogar. La casa que el escritor comparte con su marido, Rubén Nogueira, es vibrante, colorida, llena de emociones y de obras de arte.
Ubicada en el madrileño y señorial barrio de Salamanca, recibe mucha luz natural y ofrece unas vistas envidiables a la ciudad. Para la decoración, parte de un marco blanco en la carpintería de puertas, ventanas y las paredes y lo llena de colores vivos en detalles y piezas de mobiliario.
En el que parece el vestíbulo de la casa, recibe una obra de arte conceptual en un tono claro que contrasta con la sobriedad de la mesa negra sobre la que reposa un pequeño cuenco en el que dejar las llaves, un bouquet de flores y la lámpara Beside Gun diseñada por Philippe Starck para Flos.
El salón y el comedor están separados por puertas correderas de color blanco que permiten abrir el espacio o cerrarlo para crear intimidad cuando la situación lo requiera.
La estancia más llamativa y grande de la vivienda de Boris Izaguirre es el salón. Un espacio cargado de luz gracias a un enorme ventanal blanco con forma de mirador en el que se reúne con los seres queridos.