Detrás de todo gran hombre y de toda gran mujer, siempre está esa otra persona que sirve como contrapunto, que te ancla a la realidad y que te dice las cosas que nadie más te dice. Ese era el tipo de persona que era María de los Ángeles Sandoval, Pitina, la mujer de Florentino Pérez.
Así era Pitina
Quiso el destino que Pitina falleciera de una forma cruel, ya que tras conseguir superar un cáncer de pulmón que le dio una segunda oportunidad de vivir. Pero el 22 de mayo de 2012, a los 62 años sufrió un infarto en su propia casa, a escasos cinco metros de un hospital, algo que pilló a todos por sorpresa. De hecho, el presidente del Real Madrid acudió a las tres de la tarde a la presentación de un libro y nada hacía pensar en lo que ocurrió horas después.
Pitina fue la mejor consejera de Florentino durante 42 años. Iniciaron su relación en 1970 cuando ella contaba con 20 años y él con 24. Por entonces, Florentino estaba entregado al séptimo arte. Le gustaba el cine de arte y ensayo, las versiones originales y le entusiasmaban directores como Fellini o Bergman, por eso se había matriculado en la Escuela de Cine, aunque en realidad acabó siendo ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Madrid.
La joven pareja compartía las mismas aficiones: El cine y el fútbol. “En la primera salida que hicimos juntos me llevó a un bar en el que retransmitían un partido y no me hizo ni caso. Luego me hizo socia (del Real Madrid) y hasta hoy...”, contaba Pitina. Con ella se casó en 1.971, apenas seis meses después de conocerse, y tuvieron 3 hijos, Eduardo (Over), Florentino (Chivo) y María Ángeles (Cuchi).
Ella era el ancla de Florentino, la que le decía que no le gustaban sus incursiones en la política, la que no escatimaba sinceridad o la que le cantaba las cuarenta a los propios jugadores como a Ronaldo. Sin duda una gran pérdida para el Presidente del Real Madrid y ACS, el gran amor de su vida.