El 28 de diciembre, día de los inocentes, Isabel Preysler anunció el final de su relación con el escritor Mario Vargas Llosa, según su versión, él había sido muy celoso y no soportaba más faltas de respeto hacia sus hijos, “se rió de Tamara y mis hijos son mi límite”, dijo más tarde.
Sin embargo quién la conoce, destaca que el comportamiento de la socialité no está siendo el que nos tiene acostumbrados. Está actuando de manera más impulsiva que de costumbre, y como muestra la periodista Pilar Eyre expone la publicación de la carta que recibió de la que era mujer de Mario, Patricia Llosa, donde le dice poco más o menos que sería un capricho más del escritor, porque era su forma de actuar. Algo que contradecía la versión que había dado la misma Isabel.
Un cambio en su círculo íntimo
Para buscar una explicación al comportamiento de Isabel, la periodista lo achaca a un cambio en el círculo de amistades más íntimo de la filipina. Hay una persona muy importante en la vida de Isabel con la que se ha enfadado mucho, y ahora no se hablan, y que era un apoyo fundamental para ella, además de su consejero personal, hablamos de Boris Izaguirre.
Hay que remontarse a días después de la ruptura de Tamara Falcó con Íñigo Onieva. La hija de Isabel acudía al Congreso Mundial de las Familias en México, dedicado a las familias conservadoras y de carácter ultracatólico. En su charla, dijo literalmente “ahora estamos viviendo un momento muy complicado para la humanidad, hay tantos tipos distintos de sexualidades, hay tantos sitios distintos donde puedes ejercer el mal. Creo que en otras generaciones no era tan evidente”. Pronto fue tachada de homófoba, a pesar de que intentó matizar sus palabras aludiendo a que se refería a la infidelidad que ella había vivido, no señalando, en ningún caso, a las diferentes orientaciones sexuales.
Boris le dedicó una columna en El País, en la que se mostraba muy dolido por todo su colectivo. Esto lo recibió Isabel como un ataque personal a su hija y por tanto a ella misma. Desde entonces la relación entre ambos es inexistente. El escritor ya ha limado asperezas con Tamara, pero Isabel aún no le ha perdonado.