Paris Hilton es muy conocida por sus fiestas, sus derroches, sus amoríos y sobre todo por sus excentricidades. La adinerada joven tiene un extraño problema con las langostas y es que cada vez que va a un programa pide que le lleven al camerino una piscina de langostas.
Sí, han leído bien, eso es lo que pide la Hilton mientras se prepara para salir en televisión. No se sabe y es difícil de explicar porqué la joven tiene esta rareza tan incrustada cuando va a la televisión. Más de uno habría pensado que se trataba de una broma de mal gusto, pero no.
Los empleados de los programas de televisión tienen que buscar una piscina a modo de vivero para llenarla de langostas. Lo curioso es que estos animales están entre los más cotizados en lo que refiere a la alimentación marina, un manjar que ella no quiere llevarse a la boca.
Al menos en el camerino, allí lo que a ella le gusta es observar como se mueven. Eso sí, las langostas pueden morder y tienen sustancias que incluso pueden generar irritación en la piel algo que para Paris Hilton sería un problema y de los gordos.
De ahí que sorprenda tanto que a la Hilton le gusten este tipo de animales cuya belleza, realmente, brilla por su ausencia. No parece que eso a ella le importe lo más mínimo. La pieza de un kilo en un restaurante puede llegar a costar unos 90 euros como mínimo, imagínense una piscina llena.