Jennifer Lawrence celebró este 15 de agosto 32 años de vida. La actriz estadounidense, ganadora de un Premio Oscar en 2012, es una de las figuras del arte cinematográfico y una de las imperdibles para todos los fans. Ha sido madre recientemente de un hijo, Cy, con su marido, el galerista Cooke Maroney. Pero hoy os desvelamos una de sus mayores fobias.
En una entrevista a Vanity Fair para su artículo de portada, Jennifer Lawrence explicó que estaba convencida de que iba a morir cuando el avión privado en el que viajaba sufrió un fallo en los dos motores. “Me quedé paralizada en el asiento”, le dijo a la revista.
Un miedo atroz
Lawrence se dirigía a la ciudad de Nueva York desde su ciudad natal de Louisville, Kentucky, en 2017 cuando les dijeron que tenían que intentar un aterrizaje de emergencia en Buffalo. "Todos íbamos a morir", dijo. “Empecé a pensar en pequeños mensajes de voz mentales para mi familia, ya sabes, 'He tenido una gran vida, lo siento'”. La estrella de "Don't Look Up", era solo uno de los dos pasajeros del avión; el otro era el hijo del médico que ayudó a dar a luz a ella y a sus dos hermanos.
Al ver la pista llena de camiones de bomberos y ambulancias, la estrella se encomendó a un poder superior. El avión finalmente tomo tierra en la pista, rebotó y volvió a tomar nuevamente tierra antes de detenerse. Los equipos de rescate abrieron la puerta del jet y los sacaron a todos ilesos, pero Lawrence luego tuvo que inevitablemente abordar otro avión "anestesiada gracias a una pastilla muy grande y varias mini botellas de ron", señaló a la publicación.
"La experiencia me hizo mucho más débil", dijo con respecto al viejo dicho "Lo que no te mata te hace más fuerte". "Volar es horrible y tengo que hacerlo todo el tiempo".