El divorcio de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin se está cocinando a fuego lento. Lentísimo. Desde que anunciaran su separación a raíz de la infidelidad del vasco con Ainhoa Armentia se ha repetido una consigna con insistencia: que firmarían los papeles una vez pasado el verano. Pero a día de hoy aún no se ha firmado nada.
Cristina es la más interesada en firmar el documento y la que mete más prisa para desligarse de una vez por todas del marido infiel. Del contenido del acuerdo se sabe poca cosa, pero sí que hay una certeza, y es que ella le pasa una pensión compensatoria a él. Iñaki no tiene dinero y el acuerdo establece una compensación de 5.000 euros al mes.
Una condición difícil de cumplir
Sin embargo, la infanta no parece querer poner las cosas fáciles a su ex, y es que según ha filtrado Informalia, La infanta Cristina ha impuesto al padre de sus hijos una condición que no admite negativas. Exactamente, ha pedido a Iñaki Urdangarin que mantenga alejada de sus hijos a su novia, Ainhoa Armentia.
Parece un extremo que difícilmente se cumplirá: no estamos hablando de niños o adolescentes. Tres de ellos, los chicos, son mayores de edad: Juan Valentín (23), Pablo (21) y Miguel (20). El segundo de ellos, además, ya conoce a Armentia y es el que más contacto mantiene con su padre por su actividad profesional en el Barça de balonmano. La única menor es la pequeña, Irene. La más próxima a su madre, además. Pero tiene 17 años, será oficialmente adulta el próximo mes de junio. Y hará y dejará de hacer lo que le de la real gana.
No obstante, Urdangarin entiende perfectamente que es lo mejor para ambos. Sobre todo, porque ya ha afianzado su relación sentimental con su ex compañera de trabajo. El que fuera jugador estrella del equipo de balonmano del Barcelona y bronce olímpico con España centra su futuro dentro del mundo del coaching, una forma de desarrollo personal en la que un entrenador, o coach, apoya a individuos para lograr una meta personal o profesional.