El 24 de noviembre de 1991 el mundo de la música despidió a Freddie Mercury con solo 45 años, dejando un enorme legado, tanto artístico como económico. Sin descendencia y con una enorme fortuna, su dinero se repartió principalmente entre cuatro herederos y su pareja, Jim Hutton, no estuvo entre los grandes beneficiados.
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La herencia de Freddie
El líder de Queen dejaba el grueso de su herencia, valorada al cambio de hoy en unos 42 millones de euros entre casas y activos líquidos, a su novia de juventud y gran amiga, Mary Austin, a quién también le legó la mansión de Garden Lodge, valorada en 22 millones de euros, en la que reside actualmente. También le dejaba la parte más codiciada: el 50% la parte proporcional de los derechos de autor de todo su legado artístico como miembro de la multimillonaria banda, el resto de esas ganancias serían para sus padres (25%) y su hermana (25%).
El diario británico Daily Mail explicó que las ganancias derivadas de los derechos de la banda Queen se dividen entre los herederos del cantante (Mary Austin, sus padres y su hermana) y sus tres compañeros de grupo: el guitarrista Brian May, el batería Roger Taylor y el bajista John Deacon. Se calcula que a Mary Austin le corresponde alrededor del 19% del total, algo que nunca gustó a sus compañeros de la banda.
Los ingresos recibidos por Mary Austin no terminan ahí ni tampoco dejan de crecer. Al dinero que recibe cada año por los royalties de Queen, se suman los beneficios por la película Bohemian Rhapsody. De los 900 millones de dólares recaudados por la película protagonizada por Rami Malek, se estima que Mary Austin se embolsó 60 millones de dólares en royalties.
Mary había sido el amor de su vida, al margen de su condición sexual. Había roto con ella hacía 16 años, pero lo había acompañado en su reconocimiento público de su homosexualidad. Sin embargo, Freddie no fue tan generoso con quienes lo habían estado cuidando y apoyando en la etapa final de su vida con la convivencia con la enfermedad del Sida que contrajo. Como su pareja Jim Hutton, al que le unía una relación sentimental de siete años, y tres amigos (uno de sus primeros novios, Joe Fanelli, que le hacía de asistente y chef; su relaciones públicas, Peter Freestone, y su chófer, Terry Giddings. El cantante no les dejaba en la calle pero les daba un lugar muy menor en el reparto.