Ahora que Alaska y Mario Vaquerizo se encuentran en el ojo del huracán tras la columna que les ha dedicado Jorge Javier Vázquez en su blog de Lecturas, se han refugiado en su colorida casa rosa del barrio de Malasaña en el centro de Madrid.
La casa en la que viven, se sitúa justo detrás de Gran Vía, junto a la plaza de la Luna, y se ha convertido en lugar de peregrinación de fans y curiosos, hasta tal punto que se llegó a organizar una exposición en un local cercano, en la calle Velarde, en la que se recreaba la casa para que los fans pudieran incluso asomarse a un balcón réplica exacta del suyo.
Lo
s detalles
El piso está en un edificio construido en 1900 y tiene una distribución de lo más normal. Son 140 metros cuadrados en un apartamento que tiene bastante luz aunque la decoración kitsch y recargada haga parecer lo contrario. Lo curioso es que en el mismo edificio consta Alaska en un piso, el segundo, y Mario en otro, el cuarto, y es que la pareja compró otro piso en el mismo edificio, bautizado como la Casa Azul, donde reciben a las visitas, hacen fiestas y comparten el espacio. Allí no hay dormitorios, porque la vida de pareja la hacen en el otro piso, en la bautizada como Casa Rosa.
Como su nombre indica, el color rosa predomina en toda la casa, desde las paredes hasta los muebles o los detalles más pequeños. La casa en general, es de todo menos minimalista pero sigue un estilo Kitsch. Un gran sofá negro y un sillón rosa de formas redondeadas y detalles dorados presiden el salón. Moqueta de leopardo, para cubrir todo el suelo; una chimenea; paredes rosas y una inmensa pinacoteca. Completan el salón una zona de estar, con un sofá Chester, en terciopelo azul, y un sillón de estilo barroco, tapizado en rosa, con respaldo acolchado y estructura en madera dorada.
El Comedor, también en rosa, cuenta con una preciosa lámpara de araña, que ilumina la mesa redonda de cristal, con pie en dorado, a juego con seis sillas estilo imperio, también en dorado. El Dormitorio tiene el cabecero dorado tapizado en capitoné, y se rodea de cuadros pintados por su amigo Fabio McNamara. A ambos lados, dos mesillas isabelinas, en blanco, se iluminan con sendas lámparas auxiliares de cuentas de cristal. La casa dispone de dos aseos. En el azul, las paredes del baño están empapeladas con ilustraciones de Elvis Presley, donde la carpintería, los sanitarios y el radiador están pintados en tono celeste. El otro baño, es más romántico y recargado, con un look muy femenino, con una fantástica bañera exenta.