Ana Obregón se ha enfrentado a sus navidades más complicadas y eso que ha presentado las Campanadas de Televisión Española junto a Los Morancos. La actriz vivirá su primera Navidad sin su padre Antonio García, que falleció el pasado mes de septiembre; una pérdida que se suma a la de su madre Ana María Obregón y su hijo Aless Lequio en apenas dos años.
“Estas navidades van a ser difíciles. No tengo a dónde ir y no quiero pasar la Nochebuena sola en casa”, ha declarado Obregón para la revista ‘¡Hola!’, planteándose incluso viajar hasta Marbella para pasar ese día tan señalado en compañía de una íntima amiga, o como última opción, ir a un cualquier lugar “donde no tenga algún recuerdo de nada” como Punta Cana o las islas Canarias.
La casa de Ana Obregón
Si no fuera por los recuerdos que posee, la mansión en la que vive Ana Obregón en La Moraleja, Madrid, es ideal para pasar las fiestas. Reformada en 2012, tiene una fachada de ladrillo visto, porche y dos plantas, la vivienda de la actriz y presentadora de televisión cuenta también con una gran piscina con hamacas y un jardín privado alejado de miradas indiscretas. La parte del interior de su casa, lo hemos podido ver en su cuenta de Instagram, donde habitualmente comparte publicaciones personales sobre su día a día, y en la que recuerda con frecuencia a su hijo.
En el salón principal, con techo abuhardillado, distribución abierta y acceso al jardín, el sofá rinconera es el protagonista. También destacan dos grandes mesas de centro blancas, un piano clásico y un gran cuadro con un paisaje floral. El comedor es de líneas elegantes y contemporáneas con una mesa blanca con acabado lacado y brillante, y unas sillas de piel o polipiel con respaldos curvados. La cocina es la única estancia de la casa que no ha sufrido ninguna reforma. Al menos, eso parece, viendo el mobiliario envejecido.
La casa de Ana Obregón tiene también un salón que está enfocado al entretenimiento, con una chimenea y un televisor incrustado en una hornacina. También incluye una biblioteca y es uno de los lugares donde la bióloga practica yoga. En el dormitorio la actriz tiene una cruz encima de la cama, con un cabecero tapizado con piel de cocodrilo, y donde también hay un vestidor como no podía ser de otra manera.