Los cines le han dado el zasca del siglo a Eduardo Casanova: se lleva el 'palo' del año

El director de cine Eduardo Casanova no se esperaba el palo que le han dado los cines

Eduardo Casanova
Eduardo Casanova

El siempre polémico Eduardo Casanova después de dirigir su opera prima “Pieles”, ahora acaba de estrenar su segunda película como director, “La Piedad”, un largometraje sobre la relación tóxica entre una madre y su hijo con el particular estilo del cineasta, todo eso, aderezado con un leitmotiv de lo más controvertido: la dictadura de Corea del Norte.

Críticas y fracaso en las salas

De hecho, la polémica no ha tardado en aparecer. Y lo ha hecho en forma de malas críticas por parte de expertos. «Macabra», «decepcionante», «toda mentira» o «pretenciosamente aburrida» son sólo algunos de los adjetivos que se pueden leer en algunos titulares, sin embargo también destacan la gran actuación de la premiada Ángela Molina y su gran riqueza visual.

Eduardo Casanova en el estreno de La Piedad
Eduardo Casanova en el estreno de La Piedad

 

Pero lo cierto es que se ha encontrado con que una parte importante de la industria como son los cines, le ha dado la espalda en su primer fin de semana en cartelera. De hecho el 95% de los cines han rehusado incluirla en su cartelera de programación, lo que es sin duda un varapalo importante.

La película, protagonizada por Ángela Molina, Manel Llunell, Ana Polvorosa y María León ha conseguido tres nominaciones a los premios Goya y no ha pasado desapercibida en el circuito de festivales, pero la promoción que el propio director ha hecho de la película tampoco es que haya ayudado mucho, ya que Eduardo se ha descolgado con declaraciones como la que recoge la entrevista de El País, “Entiendo el instinto animal de reproducirse como cualquier especie, como cualquier virus. Pero es un acto completamente egoísta: tu hijo, hije o hija va a vivir en un mundo horrible. Y tú lo traes al mundo sin preguntarle si quiere venir”, reflexiona el director a lo largo de la entrevista.

Tampoco está ayudando mucho la defensa que hace sobre los que le critican como provocador “Es que lo soy en mi trabajo, pero no porque sí. Provocar es un deber del arte. Otra cosa es que haya quien se pueda sentir provocado por mis declaraciones o mi modo de vestir, por como soy. En ese caso, el problema es de los otros”, confiesa en una entrevista realizada a Fotogramas. Lo cierto es que la segunda obra de Casanova no deja indiferente a nadie, aunque lo mismo habría que ir a verla antes de criticar.