Ser popular a nivel internacional desde muy joven puede tener graves consecuencias si no se está lo suficientemente preparada. Eso fue lo que le ocurrió a Cara Delevingne que con siete años se entregaba a los excesos, tal vez sin saberlo.
"Me desperté en casa de mi abuela, en mi habitación y con resaca, con un vestido de dama de honor. Había ido por ahí terminando copas de champán", explicaba para la revista Vogue. Contaba que ahí empezaron los problemas.
A los 10 años tuvo que empezar un tratamiento para evitar el insomnio. "Ese fue el comienzo de mis problemas de salud mental y de las autolesiones involuntarias", explicaba en la entrevista Delevingne.
"No había descubierto el puto agujero que tenía dentro, el verdadero torbellino interior, y sigo pensando que hay una parte del diagnóstico y de etiquetar a la gente que es perjudicial. Muchas veces me animaron a tomar esto o aquello", explicó.
La actriz contaba que no se podía imaginar a la edad de 20 años llegar a los 30 de la forma en que lo ha hecho. Ahora parece con más confianza y destinada a un destino diferente al de la adolescencia.