Britney Spears y el entrenador personal Sam Asghari se dieron el 'sí, quiero' el pasado mes de junio. La noticia fue anunciada por sorpresa y las fotos de la ceremonia mostraron que se trató de una celebración muy íntima. Además la pareja en lugar de irse de Luna de Miel, decidieron mudarse a una mansión en Calabasas, California, que compraron por 11.8 millones de dólares.
Situada en el mismo barrio que la de su ex marido Kevin Federline y padre de sus dos hijos, Jayden y Preston, posibilitaba a la cantante estar cerca de su familia y disfrutar al mismo tiempo de su nuevo matrimonio.
La mansión cuenta con 3.550 metros cuadrados, y tiene todas las comodidades y lujos, con una sala de cine, una bodega de vinos y una piscina con tobogán y seis habitaciones, como ella misma enseñó hace unos meses.
A la venta
Pero parece que todo no va como esperaban y, según ha informado una fuente al medio TMZ, la pareja podría estar pensando en vender la mansión. ¿La razón detrás de ello? "Simplemente Britney no se ha enamorado de la casa y planea venderla en 2023", ha explicado la fuente.
Tan sólo seis meses después de haberse comprado su nueva mansión, ahora vuelve a tener el letrero de “en venta” en su entrada y no por la misma cifra que Spears pagó en primer lugar, todo lo contrario, le subió el precio y ella estaría pidiendo 23 millones de dólares. Todavía no se ha confirmado si la princesa del pop buscará una nueva casa o simplemente regresará a su lujosa mansión de Thousan Oaks que adquirió en 2015 por 7.5 millones de dólares. Lo que tenemos claro es que entre los motivos de esta decisión no se encuentra una posible crisis del matrimonio porque, tal y como podemos ver en la última publicación de Britney, la pareja dio la bienvenida al nuevo año disfrutando juntos.