La cantante Britney Spears no deja de preocupar a sus seguidores, sobre todo por sus publicaciones en las redes sociales, un tanto preocupantes, con bailes improvisados y fotos de desnudos.
Sin embargo la princesa del Pop, ya se rebeló contra sus fans tras el episodio de hace unos meses en el que algunos de ellos propasaron la línea. Tras cerrar repentinamente sus redes, algunos creyeron que la cantante habría entrado en crisis y temiendo por su estado de salud alertaron a la policía que acabó desplazándose a la casa de la cantante, comprobando que no había de qué preocuparse.
Britney atacó duramente a sus fans en un comunicado, "Alguien llamó a la Policía para que viniesen a mi casa en un intento de hacerme una broma (...) Amo a mis fans, pero esta vez la broma ha ido demasiado lejos y he sentido que mi privacidad ha sido vulnerada. Me he sentido insultada y acosada", a lo que añadió, "No estoy teniendo una crisis, soy como soy y trato de seguir adelante con mi vida", aseguró.
La preocupación de la familia
Ahora, fuentes del entorno de la cantante revelaron a los medios estadounidenses que su preocupación por el bienestar anímico y psicológico de Britney había ido en aumento. Estos apreciaban cierta inestabilidad mental en esos vídeos y fotos de la artista o en esos ataques furibundos que dirigía a sus seguidores.
Incluso se ha llegado a asegurar que su familia quiere reunirse con ella para expresarle su preocupación, si bien este extremo ha sido desmentido por su esposo, el bailarín y actor Sam Asghari, quién lo achacó a invento de la prensa. Sin embargo un confidente ha revelado otra cosa bien distinta a la revista Life and Style, "Britney tiene a todo el mundo muy preocupado. Aunque el otro intento falló, ahora mismo se está preparando otra intervención. Nadie piensa que Britney tenga que volver a una situación de tutela judicial. Aun así, su conducta es bastante alarmante para todos los que la quieren".