La cantante Nicki Minaj empezó trabajando de camarera mientras aspiraba a darse a conocer en el mundo de la música grabando mixtapes. Su verdadero nombre es Onika Tanya Maraj. En 2007 las mezclas de Nicki Minaj comenzaron a hacerse con cierta popularidad, cuando aún era una chiquilla.
Fue en 2010 cuando publicó su álbum debut, Pink Friday, ascendiendo directamente a la posición número 2 del ranking y se convirtió en la artista femenina de hip hop de mayores ventas en su primera semana. La bomba Nicki Minaj había llegado con fuerza.
A partir de ahí no sólo ha sido conocida por su música, también por sus extravagantes y atrevidos cambios de look, y por supuesto por sus increíbles curvas. Su imagen ha sufrido muchos cambios en todo este tiempo, y sus pasos por el quirófano han sido más que evidentes, algo que ella no ha negado nunca y de lo que parece estar muy orgullosa.
Un cambio más que evidente
En el año 2019, Nicki Minaj anunció su retirada “definitiva” de la música para casarse y formar una familia. Coincidiendo con el anuncio de su retirada, internet se llenó de fotos del pasado de Minaj, unas imágenes donde se ve cómo era su aspecto físico antes de someterse a diversas cirugías estéticas.
Puede ser que, a simple vista, no nos demos cuenta, pero comparándolo con otras imágenes anteriores, la realidad es que ha sufrido una infinidad de cambios. En la cara cuenta con más de una rinoplastia, levantamiento de cejas, modificaciones en los pómulos y párpados, y un afinamiento del mentón. Mientras que en el cuerpo es famosa por sus implantes en pechos y glúteos, también tiene tratamientos con inyecciones de bótox y colágeno. A todo ello hay que sumar una lipoescultura que ha ayudado a que su cuerpo tenga el aspecto que luce en la actualidad.