Irina Shayk se dio a conocer internacionalmente cuando se convirtió en la primera modelo rusa en aparecer en la portada de la edición de trajes de baño de Sports Illustrated en 2011. Desde entonces su carrera ha ido creciendo hasta el punto de convertirse en una de las mejores del mundo.
El antes y el ahora
Al igual que le ha sucedido a muchas de sus compañeras de profesión, a la modelo rusa la persigue desde hace tiempo la sombra de la duda acerca de si su impresionante atractivo físico se debe a una genética privilegiada o al talento de un cirujano plástico. En su caso, ella siempre ha tratado de tomarse esos rumores con sentido del humor y, sobre todo, poniéndolos en perspectiva para no permitir que la afecten.
"Me lo tomo a risa porque esa es mi reacción, y punto. No es que me encante que eso sea lo que se dice de mí, pero en esta vida hay que tener sentido del humor", ha asegurado en una entrevista a Harper's Bazaar para descartar al mismo tiempo que sus labios, por ejemplo, sean el resultado de rellenos de bótox.
Pero lo cierto es que en internet circulan algunas imágenes en las que se ve cómo era su antiguo look y se puede ver a una chica completamente diferente a la modelo sofisticada y sexy que hoy todos conocemos.
Mientras la rusa no lo confirme no se puede asegurar nada, pero lo cierto es que ahora sus labios parecen distintos a los de años atrás y también su expresión. Respecto a sus ojos, estos e ven más hundidos. Irina siempre ha cuidado lo que come y es una adicta al ejercicio, por lo que ha logrado una figura envidiable y es un modelo a seguir por muchas de las mujeres que quieren iniciarse en el mundo de la moda.