Como todo buen hijo de vecino, lo que quieren unos padres para sus hijos es principalmente una buena formación académica que los haga posicionarse en buen lugar en el mercado laboral. Lo de ser artista pocos lo aceptan aunque cuando se es, no hay límites.
Es lo que le ocurrió a Alejandra Onieva, la joven actriz madrileña que empezó su carrera desde muy jovencita. Sus padres sin embargo no querían que se dedicara a esta profesión debido a que es muy difícil poder hacerse un hueco en la gran pantalla.
Así las cosas, la mandaron a Londres para que se inscribiera en alguna carrera. La sorpresa fue que Onieva no se matriculó en ningún lugar. Ante esta situación la hicieron volver a España para que continuara con su formación. Ella lo que quería era un casting.
Una oportunidad que le salió de maravilla y le brindó la posibilidad de arrancar su carrera como actriz. Aun así, en el proceso de cumplir con todo tipo de trámites, la agencia de representación contactó con la familia y no directamente con ella.
Esto provocó un gran revuelo en su familia y evidentemente destapó las intenciones de la joven. Así las cosas, ya era imposible negar la evidencia y Alejandra Onieva confesó a sus padres cuáles eran sus intenciones les gustara o no.