Hace un año que Joan Laporta activó las ya famosas palancas para maquillar la crisis económica por la que atraviesa el FC Barcelona. Ahora, el presidente culé no puede disimular los graves problemas que padece el club azulgrana, incapaz de fichar a Messi y que hace tres semanas comunicó a Mirotic que rescindiría su contrato.
Está claro que a Laporta no le salen las cuentas. O, al menos, como él querría. El catalán se pasó los últimos dos meses filtrando que quería el regreso de Messi y la afición se ilusionó con tal acontecimiento. Sin embargo, el problema no radicaba en su oferta económica, si no en las garantías que pedía el futbolista argentino.
El caso de Mirotic
Después de que Messi confirmara que se iba al Inter de Miami, el presidente del club asumió el golpe. Ahora, menos mediática, pero también crispada, será la salida de Mirotic. El ala-pívot es uno de los mejores jugadores de la Euroliga. También es el mejor pagado de Europa, con una ficha de 11 millones de euros.
El problema con el jugador de baloncesto viene a raíz de que Laporta nunca ha tenido complicidad con él y le había pedido que se bajara el sueldo hace dos años.
Mirotic, con contrato hasta 2025, adujo que ya se había bajado el salario durante el coronavirus y que había renunciado a ofertas muy superiores cuando fichó por el Barça. Molesto, Laporta barruntó su salida del club, pero fue frenado en 2021 por Ferran Reverter, entonces CEO del Barcelona.
Preocupado por la grave crisis del Barça, su presidente anunció que recortaría el presupuesto de las secciones, sobre todo el del baloncesto. Todo apuntaba a que no tocaría a Mirotic, pero su mala actuación en la derrota contra el Madrid en la Final Four de Kaunas supuso el principio del fin.