A sus 53 años, la actriz estadounidense Jennifer Aniston (Los Ángeles, California) ya no tiene nada que esconder, y ella misma es quien lo asegura. Tanto es así, que por primera vez ha hablado públicamente de un tema que la ha perseguido toda su carrera profesional y que nada tenía que ver con su éxito: los continuos rumores de embarazo que durante años la asediaron y de los que tuvo que zafarse continuamente.
Lo hace posando para el número de diciembre de la revista Allure, para la que ha protagonizado una espectacular sesión de fotos en la que se muestra sin tapujos. En la entrevista ha reconocido "Todos esos años y años de especulación fueron realmente difíciles. Estaba sometiéndome a un proceso de fecundación in vitro, bebiendo tés chinos, lo que fuera, estaba intentándolo todo. Habría dado cualquier cosa si alguien me hubiera dicho: ‘Congela tus óvulos. Hazte un favor’. Pero, simplemente, no lo piensas. Así que aquí estoy. El barco ha zarpado", ha confesado.
En parte se siente aliviada
La actriz ha contado que ha estado toda su vida luchando por ser madre. Lo ha intentado en los dos matrimonios que ha tenido, casi sin descanso. Por eso ahora que, a sus 53 años, sabe que no puede ser madre, ha sentido, en parte, algo de alivio. "Ya no tengo que pensar más en eso", ha confesado.
En la misma entrevista, la actriz, que saltó a la fama mundial por interpretar a Rachel Green en la célebre serie Friends, ha profundizado más sobre las teorías que afirmaban que ella había elegido su carrera por encima de tener hijos con Brad Pitt, del que se separó en 2005 después de cinco años casados.
"Ese relato de que yo era simplemente egoísta, y de que solo me importaba mi carrera... Dios no permita que una mujer tenga éxito y no tenga un hijo", ha dicho. "La razón por la que mi esposo me dejó, por qué rompimos y terminamos nuestro matrimonio porque no le daba un hijo, era todo una absoluta mentira. A estas alturas no tengo nada que esconder", sentenciaba.